Entrevista | Juan Antonio Vigar Director del Festival de Málaga

«Los protagonistas del cine español de hoy encontraron en el Festival de Málaga su primera oportunidad»

El capitán del certamen malagueño celebra su primera década al frente de la cita. Ylo hace orgulloso de haber contribuido con su empeño al actual boom cultural de la capital, la mayor visibilidad del audiovisual en español y el descubrimiento de los talentos que marcan su proyección dentro y fuera de nuestras fronteras. Aquí nos da las claves de la inminente vigésimo sexta edición, que será, asegura, «la de la alegría»

Juan Antonio Vigar, director del Festival de Málaga

Juan Antonio Vigar, director del Festival de Málaga / Alex Zea

Víctor A. Gómez

Víctor A. Gómez

Cumple diez años al timón del Festival de Málaga, aunque han sido once ediciones las que ha comandado. Inevitable pedirle un balance de esta década como director del certamen.

Creo que estos diez años han supuesto un cambio sustancial en la personalidad, el posicionamiento y el prestigio del Festival; fundamentalmente por dos decisiones que se tomaron en 2017, un año referencial del certamen para nosotros: mi idea del festival, desde 2013, cuando asumí la dirección, pasaba por dos características que no tenía, el abrazo al cine iberoamericano y la creación de un área de industria potente para acompañar al audiovisual en su cadena de valor, creando un círculo virtuoso que ha permitido que películas que nacieron aquí como proyectos hayan llegado aquí a la Sección Oficial. 

¿Y en lo personal?

Ha sido un maravilloso proceso de aprendizaje, que me ha permitido descubrir que cuando uno, más allá de la profesionalidad que se nos da por supuesta, pone ilusión y cercanía inmediatamente genera complicidad. Nuestra proximidad tanto con el cine español como con el cine iberoamericano es absoluta y eso resulta gratificante.

El 2022 ha sido unánimente considerado como uno de los grandes años en la historia del cine español, al que contribuyeron películas como 'Cinco lobitos' o 'Alcarràs', estrenadas en Málaga. ¿Se siente el Festival corresponsable de la importancia de esa cosecha?

Sin duda. No lo decimos nosotros, sino todo el sector, incluso el mundo de la cultura. Somos el proyecto insignia de Andalucía y el noveno de España según el Observatorio de la Cultura de la Fundación Contemporánea, lo cual habla de la utilidad del Festival de Málaga para el audiovisual, sobre cómo hacemos que las películas ganen visibilidad. En los últimos años Málaga se ha convertido en un punto en que se descubren los grandes directores del futuro; los nombres de hace 6 ó 7 años son los protagonistas de ahora, y ahora estamos impulsando a los protagonistas de los próximos años.

Recordemos que, por ejemplo, Rodrigo Sorogoyen debutó festivaleramente hablando aquí, entre nosotros, primero con '8 citas', que codirigió con Peris Romano, y luego, ya en solitario, con 'Stockholm'. Hoy, claro, es el director de 'As Bestas'.

Él es uno de los muchos nombres que encontraron aquí esa primera oportunidad. Nosotros tuvimos la habilidad y la inteligencia de saber descubrirlos y ponerlos en valor. Salieron a la luz pública en Málaga y ahora se han consolidado y vuelven. En el vídeo del homenaje que le tributaremos Carla Simón [la directora de 'Verano 1993' y 'Alcarràs' es el Premio Málaga Talent-La Opinión de Málaga de esta edición] dice: «Cada vez que pienso en el estreno nacional de mis películas pienso en Málaga». Porque hay una relación de afecto con ella y con muchos otros directores, con los que hemos creado una gran familia.

¿Y cómo es la cosecha de la presente temporada, del 2023?

Muy interesante. El incremento nos permite pulsar cuál es el estado actual del cine en español, y lo veo muy en la línea del 2022. Vamos a encontrar películas de mucho nivel, hablando de calidad, de propuesta, de narrativa. Por citar ejemplos, y no me gusta destacar porque toda la Sección Oficial nos parece estupenda, hay tres películas que han estado en Berlín, cosechando premios [se refiere a '20.000 especies de abejas', que se hizo con el Oso a la Mejor Actriz para la pequeña Sofía Otero] y buenas críticas. Es un buen ejemplo de cómo el cine español está a un gran nivel, muy valorado por la crítica internacional. 

Es una edición del Festival de Málaga de récord en número de cintas, con casi 200. Sólo la Sección Oficial está compuesta por 20 títulos...

Hemos notado un notable incremento en el número de películas inscritas, de un 20 por ciento; fruto de, uno, la mayor producción en nuestro país y en el ámbito latino y, dos, del mayor interés por estar en Málaga. Se ha empezado a valorar que este Festival es una muy buena ventana de difusión, un escaparate magnífico, por los éxitos de años atrás y también porque hemos sabido construir con el Festival de San Sebastián un equilibrio y una complementariedad muy interesantes, de modo que se abren dos ventanas de exhibición y explotación, una en primavera y otra en otoño. Y eso el cine en español lo ha entendido.

Con tantas películas, ¿no se corre el riesgo de abarcar demasiado y apretar poco?

Ése es un elemento de reflexión permanente. Me preocupa mucho que sea un Festival abarcable, lo cual no quiere decir que se pueda ver todo lo que ofrece sino abarcable desde el criterio del número de películas programadas, de la Sección Oficial, de la cercanía entre los espacios de proyección, etc. Ante tantísima participación, y siendo conscientes de que la Sección Oficial no puede ir a más de 20 películas a competición, que ya es el límite, hemos tenido que abrir una sección fuera de concurso para abarcar a ese conjunto de cintas que merecen la pena ser vistas pero que no cabían en la competición. Pero es evidente que no podemos morir de éxito. Tenemos que ser capaces de construir un festival que mantenga muy clara la utilidad hacia las películas que programa.

Por cierto, llama la atención la ausencia total de nombres de la cinematografía latinoamericana en la nómina de homenajeados.

Ha sido una cuestión circunstancial. Mi objetivo es que siempre los haya y hasta ahora ha podido ser así pero este año los nombres que teníamos planteados no podían acudir por razón de agenda. Lo importante es que los cinco premiados, los nombres que sí están [la actriz Blanca Portillo, los directores Alberto Rodríguez y Carla Simón, el cantante y actor Raphael y la script Yuyi Beringola] son fundamentales e incontestables. Pero he de decir que nuestra relación con el cine latinoamericano es de una fluidez extraordinaria: por ejemplo, este año hemos tenido 224 películas latinas para ver, y los nombres de algunos de los directores que nos acompañan son realmente importantes. Que luego las agendas de las celebrities del cine latino son muy complicadas, pues sí, pero confío en que poco a poco puedan ir pasando por Málaga esos nombres que tenemos en mente.

Juan Antonio Vigar, director del Festival de Málaga

Juan Antonio Vigar, director del Festival de Málaga / Alex Zea

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¿En qué aspectos de la inminente edición va a hacer especial hincapié? 

Por ejemplo, en la recuperación de nuestra alfombra roja, una de nuestras señas de identidad, a diferencia del año pasado, ya sin mascarillas y con una climatología que parece que será más favorable. En ese sentido, tengo la certeza absoluta de que el público nos va a arropar como siempre. Luego hay elementos que quedan en zona de sombra pero que son esenciales en un festival, y no paro de insistir en ello, sobre todo lo relativo al área de industria: los Spanish Screenings XXL proseguirán, el año pasado tuvimos a más de 1.600 acreditados de 46 países, y celebraremos encuentros interesantes, importantes para el sector, porque a partir de ahí nos podremos hacer una composición de lugar de hacia dónde vamos. En general, tenemos un evento bastante bien organizado, con unos mimbres realmente estupendos, así que estoy contento. Confío en que será una edición de la alegría. Lo tengo puesto ahí [señala un pequeño letrero que preside una de las estanterías de su despacho]: «La cultura es alegría». Y éste va a ser el festival de la alegría, estoy convencido.

Este año hay tres películas que programa el certamen que están directamente imbricadas en él, desde su nacimiento: 'Tregua(s)', que tiene en el Festival su telón de fondo; 'La pecera', que fue gestada en el área de industria malagueña y, de alguna manera, 'Como Dios manda', de una directora malagueña, Paz Jiménez, que se crió en el patio de butacas del Cervantes. Pasan los años y parece como si el Festival de Málaga estuviera convirtiéndose en un personaje en sí mismo...

Clarísimamente. El Festival de Málaga, y lo digo desde la máxima objetividad que me da el hecho de acudir a muchos festivales, es una cita muy singular. Es un certamen enormemente amable hacia quien lo visita y que tiene una comunión con su público extraordinaria. La alfombra roja de Málaga no tiene comparación, y desde ese punto de vista eso nos dota de una personalidad muy singular. Y en la parte de contenidos, más allá de lo lúdico, Málaga se ha convertido en la mejor plataforma de lanzamiento para muchos nombres. Todo eso, unido al enorme impacto mediático (el último, de 66 millones y medio de euros), hace que Málaga se convierta en una gran celebración del cine y de la alegría. Esas dos palabras juntas suenan muy bien, y eso hace que hasta determinadas películas se quieran rodar en Málaga e, incluso, durante el Festival, o que la directora de la película de clausura haya sido una espectadora habitual de nuestras proyecciones.

Por cierto, ¿Sale usted en 'Tregua(s)'? 

[Risas] No, no, y no habría querido. Yo trabajo en la zona de sombra para que todo salga bien...

El Festival de Málaga fue uno de los primeros elementos que apuntalaron el actual boom de nuestra capital como gran ciudad cultural a nivel nacional e internacional, del actual y consabido «Málaga está de moda».

Sin duda. Justo en 1998, cuando nació el Festival, se empieza a cambiar el planteamiento, se produce ese punto de inflexión hacia una estrategia cultural como eje de la ciudad que nos ha conducido hasta lo que es la ciudad en la actualidad. Y hemos contribuido humildemente a sumar como otros agentes culturales para que la ciudad esté situada entre las 5 primeras del Observatorio de la Cultura por su compromiso cultural y la innovación.

Olvidada ya la pandemia y regresando a una normalidad absoluta, por fin, supongo, que se podrá volver a plantear objetivos a medio plazo para el certamen.

En el mundo de los festivales de cine no hay nada asegurado, así que lo que tenemos hay que seguir ganándolo. Dicho esto, sí que hay varios elementos de futuro claros: por un lado, el Festival necesita seguir apostando decididamente por el área de industria, hay que intentar convencer de la necesidad de mantener los fondos Next Generation para los Spanish Screenings. Este año lo hacemos en Corea, un mercado en el que el cine español aún no ha entrado y lo necesitamos. De otro lado, el abrazo al cine iberoamericano tiene que seguir, cada vez más amplio. También hay que realizar ese proceso de ensamblaje que tengo en mente del MaF [Málaga de Festival, el aperitivo poliédrico y multidisciplinar de la cita audiovisual] con el propio Festival. Este año vamos a desarrollar un proyecto piloto en ese sentido, la Neópolis. 

¿En qué consistirá?

Son tres acciones ubicadas cada una en un espacio concreto y que, a lo largo del desarrollo del certamen, van a invitar a la participación del público para reflexionar sobre nuestra relación con la ciencia y la tecnología. Iremos creando más iniciativas de este tipo, desarrollando un proceso paulatino hasta que convirtamos a Málaga durante cuatro semanas [las del MaF y las del Festival] en un gran proyecto de cultura en torno al mundo del audiovisual y todas las áreas creativas.

Y que no se nos olvide el NeoAlbéniz, la futura nueva sede del Festival de Málaga.

Estamos muy ilusionados. La Delegación de Cultura ya ha dado luz verde para la construcción y ahora hablaremos con Urbanismo para los plazos de ejecución. Cuando esté terminado nos permitirá tener varias salas más de proyección, que las necesitamos porque ahora mismo, con el nivel de crecimiento del festival, estamos al límite. También nos proporcionará una sede más noble, un lugar de referencia para el certamen, y aportará un microcontenedor que permitirá generar vinculación con empresas del sector.

Ésos son metas, objetivos... ¿Y los sueños?

Yo soy una persona del presente continuo, el futuro es algo muy inestable. Recuerdo esa reflexión de algunos tratadistas sobre la planificación: «Planificar es saber cómo lo que haces hoy va a incidir en el futuro». En un evento como el Festival prefiero ir trabajando siempre con una idea que no sueño y siempre desde el presente continuo... Llevo una pulserita en la muñeca desde que hice el Camino de Santiago, hace dos años, que dice la vida está en el camino. Y así es. En todo caso, mis sueños serían que el Festival, a grandes rasgos, siga teniendo la pujanza y la posición que tenga ahora y que yo, si los años me respetan, sea un espectador más que disfrute de la fiesta del cine en español. Las ideas me las reservo, pero vamos caminando hacia ellas desde el presente continuo. 

La inauguración, en La2: «El Festival crecerá aun más en dimensión mediática»

Una de las grandes novedades del Festival de Málaga en su vigésimo sexta edición: la incorporación a la nómina de logotipos de instituciones que patrocinan, colaboran y apoyan su celebración el de Radio Televisión Española. Se suma a Atresmedia, operador que lleva más de veinte años apoyando el certamen de cine en español. «Que trabajen juntos en un proyecto, renunciando a la exclusividad, es un ejercicio de generosidad por ambas partes», asegura el director del Festival, Juan Antonio Vigar. Avanza que la suma del nuevo 'media partner' hará que la cita «crezca aún más en dimensión mediática». ¿Cómo? Muy sencillo: por primera vez, la gala inaugural del Festival de Málaga, el 10 de marzo, se retransmitirá por el ente público. «La inauguración, aparte de contar con actuaciones musicales de primer nivel, no dejará de ser un resumen de lo que vamos a ver en los diez días de certamen, y la retransmisión por RTVE [a través de La2] nos dará la posibilidad de que se nos conozca mejor, se nos entienda mejor y, por tanto, se nos valore mejor».

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