Crítica

Traviesa elegancia

Reseña de 'Puntos suspensivos', de David Marqués, con José Coronado, Diego Peretti y Cecilia Suárez, en la Sección Oficial Fuera de Concurso

Coronado y Peretti, en 'Puntos suspensivos'

Coronado y Peretti, en 'Puntos suspensivos' / La Opinión

Víctor A. Gómez

Víctor A. Gómez

PUNTOS SUSPENSIVOS

  • Dirección: David Marqués
  • Guión: Rafael Calatayud Cano
  • Reparto: Diego Peretti, José Coronado, Cecilia Suárez, Georgina Amorós

El sorprendente éxito de 'Puñales por la espalda' ha resucitado el interés por ese subgénero juguetón y simpático de intrigas criminales formuladas a la manera clásica, dramatúrgica y con la sana intención de vacilar a ese espectador que se convierte en detective privado por una hora y media. 'Puntos suspensivos' pertenece por entero a esa categoría, especialmente en la variedad más teatralizada de todas, la de cintas como las primas hermanas 'La trampa de la muerte' (Sidney Lumet) y 'La huella' (Joseph Mankiewicz), referentes confesos y a los que realiza bastantes guiños. Y hay que decir que David Marqués sale más que ileso del envite.

Primero, porque tanto él como su coguionista, Rafael Calatayud Cano, saben lo que pueden abarcar y lo que no, manejan el material con la convicción del trilero que conoce sus límites (la trama no es precisamente endiablada, sólo resulta deconstruida, a modo de puzzle temporal, para facilitar los interrogantes y las sorpresas). Segundo, porque, aleluya, en la película hay lenguaje cinematográfico, no se resume el duelo actoral en planos y contraplanos o planos generales teatralizantes; se juega fílmicamente con los elementos escenográficos (espejos y máscaras, sí, nada del otro jueves) para generar un subtexto visual de lo que ocurre. Tercero, porque sabe hacer partícipe al espectador, consigue invitarlo a entrar en un divertimento que sabe inocuo, sin demasiadas consecuencias, aunque, al final, la intriga, con mucho de meta y algunas sencillas disquisiciones sobre la escritura, presente más aristas de las que parecen. Y cuarto, logra que José Coronado, un actor que nunca me convence, seduzca como un mefistofélico y chispeante bon vivant. Los estupendos Diego Peretti y Cecilia Suárez completan un elenco perfecto, estiloso y perverso, para redondear un artefacto tan travieso como elegante.