Crítica

Pesadilla en el agro

Reseña de 'Los terrenos', de Verónica Chen, en la Sección Oficial a Concurso del Festival de Málaga

Una imagen de 'Los terrenos'

Una imagen de 'Los terrenos' / La Opinión

Víctor A. Gómez

Víctor A. Gómez

LOS TERRENOS

Dirección y guión: Verónica Chen

Reparto: Azul Fernández, César Troncoso, Victoria Orellana, María Ucedo

Me interesan más las películas sobre urbanitas que colisionan con el mundo rural; las de "me vuelvo unos meses al campo para encontrar el sentido de la vida" acaban resultándome un tanto petulantes. En Australia hay prácticamente un subgénero, con la pesadillesca 'Wake in fright' (Ted Koetcheff) como gran referente semioculto; también ha sido, claro, motor argumental y conceptual de bastantes cintas de terror o thrillers que hacen mayor o menor hincapié en los big bangs que traen los choques entre la urbe y el agro (ahora mismo se me viene a la cabeza la olvidada pero estimulante 'White Settlers', de Simeon Halligan). La realizadora argentina Verónica Chen no hace, en absoluto, una película de horror, pero sí plantea un remolino lento e inevitable en el que acaba atrapada sin remisión la protagonista, visitante de ciudad con posibles que depreda el medio rural sin demasiados ambages ni remilgos pero siempre educada y sonrientemente.

No hay escena del metraje en que no sigamos a Vera, una joven embarazada y con pareja bien posicionada que busca invertir su dinero en una parcela en el campo e instalarse allí con la familia, pero la zona ya está ocupada, por una madre soltera. En ningún momento, Chen, ése es su gran acierto, nos presenta a Vera como una petarda encaprichada del terreno, ni tampoco como una chica cruel, desprovista de cualquier capacidad de empatía (eso habría sido ponerle las cosas fáciles al espectador); no, siempre está dispuesta a acuerdos y a reuniones, pero quiere lo que quiere y una madre soltera con hijos es, simplemente, un inconveniente que se puede salvar con la debida disposición de las partes. Hay una ambigüedad más que meritoria en el dibujo del personaje, rematada por la composición interpretativa de Azul Fernández, inteligente, atentísima al detalle, al gesto. Eso es lo que es la que te lleva de la mano por la película, de ritmo algo premioso, hasta su conclusión.

¿El problema? Yo habría cargado más las tintas del desasosiego y la inquietud, me habría llevado el desarrollo visual de la historia hacia bosques menos naturalistas y literales, más alucinados (créanme, el relato se complica y da para algo así), pero no me llamo Verónica Chen ni hago cine. En cualquier caso, a pesar de que la pesadilla queda un tanto aguada, 'Los terrenos' puntúa.