Crítica

Muchas películas en un solo metraje

Reseña de 'La hojarasca', de Macu Machín, a competición en ZonaZine del Festival de Málaga

Una imagen de 'La hojarasca'

Una imagen de 'La hojarasca' / La Opinión

Víctor A. Gómez

Víctor A. Gómez

La hojarasca

Dirección y guión: Macu Machín. Fotografía: José Alayón. Música: Jonay Armas. Montaje: Emma Tusell, Ariadna Ribas, Manuel Muñoz Rivas. Intérpretes: Elsa Machín, Maura Pérez, Carmen Machín

En realidad, 'La hojarasca', entre el documental y la ficción, es muchas películas en un solo metraje (sucinto, por cierto, apenas 70 minutos): aquí hay una historia sobre el papel de la mujer en el mundo rural, sobre las rencillas familiares a la hora de dividir una herencia, sobre el paso del tiempo y cómo los recuerdos nos moldean, sobre el peso personal de los cuidados de una hermana dependiente al ciento por ciento. Y todas se desarrollan en una Canarias casi fantasmagórica, de brumas góticas, con ese aire espectral que ahoga secretos y verdades ocultas. La mirada de Macu Machín es paciente, prefiere el momento al suceso, y eso funciona cuando la película se detiene precisamente en eso, en los instantes cotidianos de esas tres hermanas en el ocaso de tantas cosas.

Pero no se queda en la contemplación y la cineasta busca la resolución del conflicto humano, lo cual me parecería perfecto si no la persiguiera de una manera algo atropellada, sin preparar debidamente al espectador salpimentando con detalles más humanos la observación pura y dura a la que había recurrido hasta entonces. Aunque, quién sabe, quizás en una metáfora fílmica no especialmente sutil pero sí efectiva, el hecho de que las corrientes emocionales subterráneas hasta entonces entre las tres mujeres broten a la superficie de una manera abrupta, sin avisar, tenga que ver con ese volcán que estalla en la zona al final del relato. Puede ser.

En todo caso, con un cierto engarce entre ambos tonos 'La hojarasca' ganaría muchos enteros y sus preciosas escenas finales, en las que las hermanas recurren a la infancia y sus 'disfraces' para recordar quiénes son de verdad, se beneficiarían de una mayor resonancia en el que las ve, el eco íntimo que sí tiene en Machín (las protagonistas son su madre y sus tías).