Crítica

Lo siento, es una cursilada

Reseña de 'Historias', de Paco Sepúlveda, en la Sección Oficial Fuera de Concurso del Festival de Málaga

Una imagen de 'Historias'

Una imagen de 'Historias' / La Opinión

Víctor A. Gómez

Víctor A. Gómez

HISTORIAS

  • Dirección y guión: Paco Sepúlveda
  • Reparto: Maggie Civantos, Aura Garrido, Emilio Gutiérrez Caba, Juan Diego, Manuel Morón, Luisa Gavasa

Estoy convencido de que durante la preparación y realización de Historias, su director y guionista, Paco Sepúlveda, se preguntó en más de una ocasión si el material en que estaba trabajando era una cursilada, si se estaba exponiendo demasiado como alguien sentimental. Pues bien, supongo que ocupar estas líneas, las del cronista con acreditación, me obliga a responder el interrogante. Y la vida me ha enseñado que en estas ocasiones lo mejor es hacerlo de manera directa, sin ambages. Así que allá vamos: sí, Paco, tu película es una cursilada. 

No tengo ningún problema con la ingenuidad; es más, reconozco que poseo cierto talento para la ironía y el sarcasmo y que es una habilidad (en cursivísimas) que muchas veces detesto; preferiría tener la capacidad del asombro y la candidez para poder enfrentarme de una manera más saludable a la vida y todo lo que comporta. Pero qué le vamos a hacer... Eso sí, lo que tampoco me gustaría es caer en la puerilidad y la infantilidad a la hora de asomarme a la ventana o salir por la puerta de mi casa, que una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa.

Vista 'Historias', no tengo ninguna duda de que Paco Sepúlveda es un tipo estupendo, sensible e inspirador para sus familiares y amigos; pero también tengo la certidumbre de que su mirada a la vida y al cine como medio para contarla no me interesa lo más mínimo. Todo en la película, un viaje del rosa al amarillo, un recorrido por las estaciones vitales desde el nacimiento hasta la muerte, resulta blando, no presenta garra emocional alguna, se desarrolla a partir de lugares comunes (esos diálogos que tantas veces echan mano de expresiones y frases hechas que parece que los personajes hablen de sí mismos desde fuera) y es expuesto desde un lenguaje visual pobre y manido (plano, contraplano y recontraplano, iluminación de significaciones evidentísimas). Así que lo de menos es el sentimentalismo y ese buenismo con el que Sepúlveda aborda hasta las historias, las menos, con alguna espina; lo de más es que no consigue que en ningún momento te importe lo que a él le importa.