Un paseo por los cementerios de Málaga: flores y emociones

«Es la primera lápida negra del cementerio», comenta don José García, delante de la tumba de su hijo Carlos, un emprendedor economista, nacido en Nueva York, donde la familia tenía un restaurante, y que perdió la vida en Málaga en 2005, con sólo 32 años, en un accidente de moto.

Don José, que acudía ayer a primera hora al cementerio de San Juan, en El Palo, a poner flores a la tumba de su hijo, está convencido de que se trata de una despedida temporal y que se reencontrarán. 

Como él, cientos de personas acudieron ayer a los camposantos de Málaga, aprovechando la Festividad de Todos los Santos para dejar flores y limpiar las tumbas y nichos de los seres queridos. 

«Hoy hay mucho trabajo, mucho limpiar los poyetes y echar una mano para que todo sea más ameno», cuenta Paco Fernández, empleado del cementerio del Palo, igual que Alejandro González, que está a su lado. 

También nota el trajín, no sólo en día festivo sino toda esta semana Amalia la florista, que tiene el puesto delante del cementerio y cuenta que ha comprado las flores en la Torre de Benagalbón. «No nos podemos quejar, sólo me pongo en estos días pero está viniendo mucha gente», destaca. 

Eso sí, destaca lo mucho que ha subido el precio de las flores: «El año pasado la docena de claveles estaba a 9 euros y este, a 12». Y en cuanto a los crisantemos, la docena le cuesta a ella 14 euros, así que los vende a 2 euros la unidad, «porque el paquete entero no lo compra nadie». 

«¿Tienes mistol?», comenta una señora. El trasiego es continuo. En este camposanto, como en casi todos, no hay clases sociales. Aquí descansan, por ejemplo, muchos pescadores del Palo, acompañados por figuras de la Virgen del Carmen junto al médico y alcalde de Málaga Antonio Gutiérrez Mata o el conde de San Isidro, Leopoldo Werner. 

Cementerio Inglés

La versión inglesa de los pescadores paleños la dan los muchos marineros británicos enterrados en el Cementerio Inglés, como da fe una lápida que a las 10 de la mañana recibe tibios rayos de sol en el camposanto primitivo, el que se encuentra arropado por muros blancos dentro del recinto, a modo de las muñecas rusas. 

La lápida recuerda a William Pomeroy, de sólo 21 años, que sirvió en el HMS Belvidera, una fragata de la Royal Navy que llegó a luchar contra Napoleón, aunque el joven William murió mucho después, en 1842 y sus compañeros del barco quisieron colocar esta piedra en su memoria. 

Un poco más abajo, cerca de la tumba del famoso doctor Joseph Noble, cuya familia regaló a la ciudad el Hospital Noble, se encuentra la tumba de John Homer, que murió ahogado en la playa de la Caleta el año del estreno de la calle Larios, en 1891, con 57 años. 

Luce flores frescas la tumba del poeta malagueño Piero Tedde de Lorca, amigo fraternal de Manuel Alcántara, y su mujer Piti Orozco. La tumba está acompañada por unos versos del primero: «Los únicos santuarios que perviven/ tras todas las hogueras/ guardan el primer eco de palabra/que sonó en esta playa». El poeta, que llegó a dedicar unos versos al Cementerio Inglés, descansa en él para siempre.  

El único signo de vida, aparte de la activa y discreta colonia de gatos que culebrea por las tumbas, se encuentra en la iglesia anglicana de Saint George, en la que un grupo de ingleses, sentados en círculo cerca del altar, charla sobre lo divino y lo humano. 

Un cartel a la entrada de esta pica en Málaga de la Iglesia Anglicana aclara el enigma:celebran el ‘Death Café’, el café de la Muerte, una invitación «para expresar y compartir tus pensamientos y sentimientos sobre la vida y la muerte en un entorno relajado, confidencial y respetuoso, en el que todas las ideas y creencias son respetadas», reza la información.

El agua caída en la noche anterior ha formado un gran charco en la tumba del poeta Jorge Guillén, de esta manera, gracias a la lluvia, es posible leer su cada vez más ilegible lápida. 

Cementerio de San Miguel

Es día de poetas también en el Cementerio de San Miguel. La tumba de Alfonso Canales, Premio Nacional de Poesía, y su mujer, aparece acompañada de un gran ramo de flores. Se encuentra compartiendo espacio con otros célebres malagueños del mundo del arte como Salvador Rueda o Bernardo Ferrándiz (malagueño de adopción).

El Cementerio de San Miguel quiso conmemorar el centenario del poeta y presidente de la Academia de Bellas Artes de San Telmo con la lectura de algunos de sus poemas y música clásica, una ceremonia parecida a la que el año pasado le dedicó a la poeta María Victoria Atencia, que dejó escrito en la piedra del Cementerio Inglés un precioso epitafio para una muchacha. 

El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre destacó «la huella extraordinaria» de Alfonso Canales y sus poemas «profundos» así como el «gran amor»que profesó a Málaga. Fue precisamente el primer edil quien descubrió un panel de cerámica en un lateral del camposanto (la calle de Santa Ana), con el rostro del poeta y unos versos de su autoría:«Feliz aquel que puede las causas de las cosas adivinar temprano/ más el que se retarda/ adrede, no queriendo que nada se le esconda/ llega más lejos:día/ tras día desenvuelve/ un camino que otros ya encontrará pisado/ y transitable», de su poema ‘Los años’. 

El alcalde, junto con compañeros de Canales en la Real Academia de San Telmo en su mayoría, entre ellos la también Premio Nacional de Poesía Aurora Luque y una nieta de Canales, leyeron una selección de poemas. 

Uno de ellos, ‘Gran Fuga’, se lo dedicó Canales a la composición tardía de Beethoven de idéntico título y que fue interpretada por un cuarteto de cuerda de Promúsica, la formación del director Javier Claudio quien, recordó, ha formado ya a más de un centenar de músicos, ha grabado siete álbumes y realizado unos 350 conciertos, entre ellos en la famosa Musikverein de Viena, la sala de los conciertos de Año Nuevo.

En la capilla de San Miguel, aguardaba ya en sus andas prestadas por el Rocío, el Santísimo Cristo de los Afligidos, que procesionaría por la tarde dentro del camposanto. 

Cremaciones

Por cierto que el gerente de Parcemasa, Federico Souviron, compartió con La Opinión algunos datos, como que Málaga encabeza las cremaciones en España, con un 86%, frente a la media nacional que es un 58%. El gerente cree que se debe, por un lado "a la mentalidad malagueña abierta" y por otro, al auge de los columbarios de las cofradías, centralizadas, valga la redundancia, en el Centro. Es la forma mayoritaria de pasar al otro lado.

En suma, un día para acordarse de los que se marcharon pero sin embargo permanecen. Y como subrayaba don José García, quizás sólo se trate de un hasta pronto y no un hasta siempre.

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