Emblemas y blasones malagueños

Blasón del Palacio de Villalón

Tras la desaparición de los Villalón, el palacio de la calle Compañía, que hoy acoge el Museo Carmen Thyssen, pasó a la familia España y luego a Romero de la Cruz

Palacio de Villalón, sede del Museo Carmen Thyssen de Málaga

Palacio de Villalón, sede del Museo Carmen Thyssen de Málaga

Antonio Lara Villodres

Antonio Lara Villodres

En nuestro semanal recorrido por las calles de Málaga, toca detenernos en la antigua calle de la Compañía, la cual tuvo tras ser conquistada en 1487 la denominación de calle de las Guardas, porque en ella se establecieron, en viviendas concedidas por los Repartidores, algunos de los escuderos que acompañaron a los soberanos.

Precisamente a mediación de la calle nos encontramos con un hermoso e interesante blasón, que luce en un rehabilitado inmueble que perteneció a la antigua casa del marquesado de Fuente el Sol, quienes por alianzas y enlaces matrimoniales entroncaron con otras ilustres casas, entre ellas: los marqueses de la Cimada, de Amarillas, de Chinchilla o el condado de Barajas.

Pero antes de proseguir, queremos esbozar aunque sea en breves líneas los orígenes de este antiguo inmueble y sus moradores.

En el lugar donde hoy se encuentra el Museo Thyssen, hará unos 600 años era un solar entre un entramado de calles estrechas y sin mucha luz, en la collación de los Mártires, próxima a la plaza de las Cuatro Calles; el cual en los Repartimientos tras la toma de la ciudad se le concedió a Bartolomé Sánchez Alcaudete para que levantara allí su vivienda.

Años más tarde, circunstancias políticas trastocaron aquella donación, pues por decisión de la reina Isabel de Castilla, ordenó que al caballero portugués Arias Pinto, de la casa del duque de Braganza, se le sirviera con la mayor consideración. Atendiendo a la petición real, los Repartidores le concedieron una serie de viviendas principales entre las que se encontraba la concedida a Bartolomé Sánchez, años antes.

Desconocemos exactamente cuando el inmueble pasó a poder de la casa Villalón de Ronda, lo que es un hecho tangible es que su propiedad quedó reflejada por testamento que hizo el coronel Pedro Fernández de Villalón en 3 de agosto de 1728, ante el escribano Salvador de Siles, por el cual legaba a sus descendientes todas sus propiedades, entre ellas esta construcción.

El inmueble de la calle de la Compañía, a principios del siglo XVIII recibe otros propietarios, como consecuencia de que la zona había cobrado cierto prestigio social al establecerse nuevos ricos, altos funcionarios y alguna casa noble como la del marquesado de Castilleja del Campo. Era por tanto una calle muy apetecida por la gente pudiente.

Tras una periodo de grandes modificaciones, aparece un espacio realmente hermoso, con un gran patio con arcadas y columnas de mármol y pisos, con altas fachadas. Esta sería la futura vivienda del matrimonio celebrado el 31 de enero de 1707, formado por Gaspar Ventura de Bracamonte y Zapata IV marqués de Fuente el Sol, sargento Mayor en Vélez Málaga y Marbella y Catalina Victoria Fernández de Villalón y Mendoza, hija del coronel de Infantería en plaza, alférez Mayor de Málaga y regidor perpetuo de Ronda Pedro Fernández de Villalón y Narváez, linajes pertenecientes a una larga estirpe de nobles regidores originarios de Morón de la Frontera, cuyos descendientes estuvieron en la toma de Morón, Carmona y Sevilla, y, posteriormente otros lo fueron de Ronda y Antequera, en la que llegaron a ocupar puestos de responsabilidad local. Además, doña Catalina era hija de Catalina de Mendoza, señora de las villas de San Lorenzo de la Parrilla y de Belmontejo.

Durante años, el objetivo del marqués Gaspar Ventura fue conseguir un mayor estatus social, con litigios y pleitos como el que sostuvo en 1700 contra Cristóbal de Moscoso y Cárdenas por la sucesión al mayorazgo. Otro más antiguo sobre la posesión de las rentas y su recibo lo sostuvo contra el cura propio de Cabezas del Pozo, Manuel Alduedo. También tuvo un duro pleito por el deslinde y apeo de los bienes raíces pertenecientes al hospital y capilla de la Anunciación de Ávila.

Igualmente otro contra los condes de las Torres, por la posesión y tenuta del mayorazgo de Fuente el Sol y un último pleito, que elevó al Consejo, contra la condesa de Alcudia y el marqués de la Vega de Santa María por conseguir la tenuta y posesión del estado de Fuente el Sol y el mayorazgo de Cespedosa, así como otros pleitos que le llevaron a la ruina económica.

Al morir el 13 de diciembre de 1733, la familia quedó en una precaria situación económica, pero sin embargo, la marquesa Catalina Victoria y sus cinco hijos salieron adelante. Al parecer durante este periodo de dificultades, la familia se trasladó a vivir a otra casa cercana al muro de Puerta Nueva.

Al frente de todos los señoríos y títulos heredados de sus ascendientes paternos y maternos quedó su hijo primogénito Agustín Domingo Bracamonte Dávila y Fernández de Villalón, V marqués de Fuente el Sol, de Cañete, y Navamoncuende, patrón de San Francisco y señor de Montalvo, de las villas de Cespedosa, y de San Lorenzo de la Parrilla, entre otras.

Contrajo matrimonio dos veces: el primero en 1724 con María Teresa de Rojas y el segundo con Micaela Castejón Salcedo. Sin descendencia de ambos enlaces.

Tras fallecer Catalina Victoria Villalón y Mendoza, la titularidad de la casa de la plazuela de la calle de la Compañía, conocida por el palacio Villalón recayó en su hermano Juan Fernández de Villalón y Mendoza, regidor de Ronda, casado con Mariana de Salcedo de cuya unión nacieron cinco hijos.

Siguiendo la trayectoria de este palacio y su vinculación con el linaje Villalón, según se recoge en el Catastro de Ensenada, censo de 1756, por aquellas fechas vivían en dicho inmueble Mariana Salcedo -posiblemente ya viuda de Juan Fernández de Villalón- y su hijo el canónigo de la catedral de Málaga Ignacio Pedro de Villalón.

Años más tarde las hermanas Mariana y Ana María, sobrinas de Juan Fernández, conocidas por los malagueños por las Villalonas, fueron las que moraron durante años en el palacete. La historiografía malagueña guarda de ellas pinceladas de su carácter y personalidad.

Tras la desaparición de los descendientes y sucesores de este palacete, el edificio permaneció cerrado hasta mediados del XIX, cuando fue arrendado o vendido a la familia España, provenientes de la pequeña localidad soriana de Yanguas. Esta saga de emprendedores, a cuya cabeza estuvo Avelino España, sus nueve hermanos e hijos, se dedicaron por largo tiempo a la ferretería al por mayor y al detalle. También en su últimos tiempos como comerciantes se dedicaron a la venta de tejidos hasta finales del siglo. Ya en el siguiente, por los años 40, aparece otro empresario que se hizo con el inmueble llamado Trinidad Romero de la Cruz, dedicado a la venta al por mayor de tejidos.

Posteriormente, con el cese definitivo de la actividad el comercio cerró sus puertas, abriéndose con ello otra larga espera. Por los años 60 del siglo XX, aparece interesada por el palacete una firma comercial gallega llamada Álvarez, dedicada a la venta de loza y cristalería.

Se hizo cargo del inmueble, no sin antes llevar a cabo una gran transformación, pero sin haber tenido en cuenta su pasado histórico. Tras décadas dedicadas a esta actividad, deleite de muchas malagueñas que en ella compraron sus ajuares de boda, etc... la empresa cerró. Y en aquel estado permaneció cierto tiempo hasta que, a mediados de 2009, la prensa local difundió la noticia de que la antigua casa Villalón había sida enajenada por el Ayuntamiento para dedicarla a museo.

Conversaciones con la baronesa Carmen Thyssen, por parte de la corporación municipal bien pronto dieron sus frutos. Poco tiempo más tarde, se levantó el Museo de Arte Carmen Thyssen. Interesante y oportuno aporte cultural para el disfrute de los malagueños.

Escudo del Palacio de Villalón.

Escudo del Palacio de Villalón. / ARCHIVO ANTONIO LARA

Descripción

El blasón de esta familia de origen rondeño está compuesto por cuatro cuarteles correspondientes a los linajes Villalón, Narváez, Mendoza y Zapata.

Cuartelado: 1º, de oro, un león de púrpura alzado y portando en sus manos, una bandera de gules, por Villalón, 2º, en sotuer: 1º, y 4º, una banda de sinople, perfilada de oro, y 2º, y 3º, de oro, la salutación evangélica ‘Ave María Gratia Plena’, por Mendoza; 3º, de gules, cinco flores de lis, de plata, en sotuer, por Narváez, y 4º, de gules, cinco zapatos de sable, por Zapata.

Sobre el todo, una cruz potenzada, de gules, y cuatro cruces más pequeñas, situadas cada una de ellas en los cantones. Emblema perteneciente a la orden del Santo Sepulcro.

Rodea al blasón dieciséis pendones ganados a los musulmanes en las tomas de las ciudades andaluzas de Morón, Carmona, Sevilla Setenil, Ronda y Antequera, donde fue protagonista un Fernández de Villalón, el cual fue distinguido por el rey Fernando El de Antequera, como caballero de la orden de la Espuela Dorada, en 1410 y le concedió la merced, por Real cédula, de usar en su escudo de armas un león portando un estandarte.

Como apunte final a este artículo sobre el linaje y blasón de Villalón, como toda familia noble de la época que se preciara, tuvieron su capilla enterramiento en Málaga, concretamente en la iglesia parroquial de los Santos Mártires.